Educación no tradicional y el futuro del aprendizaje: preparando a nuestros hijos para el futuro
- Andrea Velázquez
- hace 6 días
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Actualizado: hace 10 minutos

Como madre de un niño de 5 años, soy testigo de una transformación diaria en él, pero también una transformación del mundo en el que vivimos, (por supuesto, más clara a medida que pasan más años) trabajo en comunicaciones y tecnología y veo dos caras de una industria que ha cambiado nuestras vidas drásticamente y que promete seguir haciéndolo, desde cómo consumimos la información o contenidos que nos llegan por este medio, hasta cómo ha transformado nuestras relaciones sociales y el impacto que está teniendo en nuestro aprendizaje. Hace alrededor de 15 años, que empecé en la industria digital, el Iphone era una novedad, los blackberry eran líderes en la vida laboral y los sitios web con elementos interactivos eran la aspiración de todas las marcas. Muchos usaban FB para tener álbumes de fotos compartidos con amigos y familiares y aunque el kindle era una maravilla, leer en papel era aún la norma.
Hoy en día, ya pasamos un límite y hasta estamos dando la vuelta, mi sobrina de 16 años tiene celular desde los 8 (igual que la mayoría de sus amigos). Pero este año, en Bogotá, los colegios de un grupo importante (UNCOLI) los han prohibido como resultado de los efectos negativos comprobados de las pantallas y dispositivos en la comprensión de lectura y habilidades de comunicación.
Y no es que estos colegios sean la excepción, son más bien los que van liderando acciones que mejoran el desarrollo de los niños, abriendo una ventana hacia el futuro del aprendizaje y dejándonos ver un poco de lo que viene. Varios países europeos han tomado medidas para limitar o prohibir el uso de, no solo celulares sino, pantallas en las instituciones educativas debido a su impacto negativo en la comprensión de lectura y el rendimiento académico. Entre ellos destaco la posición de Finlandia pues he oido y leido muchos comentarios acerca de la decisión de la ministra de educación, quien manifiesta preocupación prioritaria, y el gobierno finlandés está preparando una legislación para prohibir el uso de dispositivos personales, como teléfonos, durante las horas escolares para reducir el tiempo frente a la pantalla y mejorar la concentración y la comprensión de lectura, que se desarrolla, solamente derivada de la lectura profunda y sostenida, que se ha reducido drásticamente. Pero veo que en Países Bajos, Suecia, Francia y Bélgica están implementando prohibiciones de celulares y pantallas debido a la misma preocupación finlandesa, a la distracción y al aumento del ciberacoso.
Habilidades blandas: el nuevo tesoro educativo y el futuro del aprendizaje
Entonces, en este mundo donde la tecnología avanza a pasos acelerados, donde la Inteligencia Artificial es hoy una realidad, donde la información está al alcance de un clic, me pregunto: ¿qué es realmente lo que nuestros hijos necesitan aprender? La respuesta, no creo que esté en memorizar datos o fórmulas que cualquier dispositivo puede proporcionar en segundos.
La verdadera educación, la que prepara a nuestros hijos para un futuro incierto y cambiante, creo que es aquella que desarrolla habilidades blandas, fomenta el pensamiento crítico y cultiva una profunda comprensión y respeto del mundo que los rodea.
Un informe de LinkedIn de 2023 reveló que el 92% de los empleadores considera las habilidades blandas tan importantes o más que las habilidades técnicas al momento de contratar1. Por su parte, el Foro Económico Mundial, en su informe "El Futuro del Trabajo 2023", identificó que las cinco habilidades más demandadas para los próximos cinco años serán el pensamiento analítico, el aprendizaje activo, la creatividad, la resiliencia y la flexibilidad cognitiva2. Estas son precisamente las competencias que metodologías como Montessori cultivan desde la primera infancia.
Las habilidades blandas, esas que no se miden en exámenes estandarizados, son las que realmente marcan la diferencia en el mundo actual. Hablo de la empatía, la comunicación efectiva, la resolución de problemas, la adaptabilidad, la colaboración y habilidades de comunicación asertiva. Hoy me encuentro con retos al liderar equipos en mi vida laboral, particularmente con relacionados con las habilidades de comunicación, la generación que esta empezando su vida labora falla bastante en esto, ¿Cómo serán cuando lleguen ahí quienes se están graduando del colegio que han crecido con el celular en el bolsillo desde hace 10 años?
Esta preocupación está respaldada por investigaciones. Un estudio de la Universidad de Stanford encontró que los estudiantes que pasan más de dos horas diarias frente a pantallas muestran un desarrollo significativamente menor en habilidades de comunicación interpersonal y empatía3. Mientras tanto, investigaciones del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han demostrado que los entornos educativos que priorizan la interacción humana directa y el aprendizaje experiencial producen mejores resultados en el desarrollo de habilidades socioemocionales que aquellos centrados en contenidos digitales4.
Siento que las propuestas educativas "no tradicionales" tienen más herramientas para ayudar a los niños y jóvenes a cultivar y nutrir estas habilidades. Hoy veo cómo mi hijo, a punto de entrar al colegio, trabaja en ellas a través de interacciones diarias, reales con sus compañeros y guías, en una estructura flexible que las promueve, que fomenta la autonomía y el respeto mutuo. Lejos de pantallas, sin una estructura magistral que promueve oír más que escuchar.
La neurociencia educativa respalda este enfoque. Investigaciones del Centro de Neurociencia y Educación de la Universidad de Cambridge han demostrado que los cerebros jóvenes desarrollan circuitos neuronales más robustos para la regulación emocional y la cognición social cuando participan en actividades colaborativas no estructuradas con otros niños, en comparación con actividades altamente dirigidas por adultos o mediadas por tecnología5. Estos hallazgos sugieren que los ambientes educativos que permiten la exploración social natural, como los que ofrece Montessori, están más alineados con cómo el cerebro está diseñado para aprender.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha reconocido esta realidad en su marco de Competencias Globales, señalando que "las habilidades socioemocionales son cada vez más cruciales para navegar un mundo complejo e interconectado"6. No es casualidad que sistemas educativos de alto rendimiento como el finlandés estén reformulando sus currículos para dar mayor énfasis a estas competencias, reduciendo el contenido académico tradicional en favor de proyectos interdisciplinarios y aprendizaje basado en fenómenos que desarrollan habilidades blandas de manera integral.
Criterio y Entendimiento: Más Allá de la Memorización
El criterio no es algo que se pueda enseñar de manera tradicional. Es una habilidad que se desarrolla a través de experiencias, debates y reflexiones. En las metodologías no tradicionales (de jardines y colegios) los niños no son receptores pasivos de información; son participantes activos en su aprendizaje. Se les anima a cuestionar, a explorar y a formar sus propias opiniones. Y a aprender de las consecuencias de sus desiciones y actos. Este enfoque cultiva un entendimiento profundo de los conceptos, en lugar de una simple memorización superficial.
Este enfoque tiene sus raíces en la corriente pedagógica de la Escuela Activa, un movimiento revolucionario que surgió como alternativa a la educación tradicional a finales del siglo XIX y principios del XX. La Escuela Activa, que incluye metodologías como Montessori, Waldorf y Reggio Emilia, transformó radicalmente la concepción del aprendizaje al colocar al niño como protagonista del proceso educativo. En Colombia, esta corriente tuvo un impacto significativo gracias a pedagogos como Agustín Nieto Caballero, quien adaptó estos principios al contexto nacional. La Escuela Activa rechaza la pasividad del estudiante y la transmisión unidireccional del conocimiento, promoviendo en cambio el aprendizaje por descubrimiento, la experimentación directa y el desarrollo del pensamiento crítico. Esta filosofía educativa reconoce que el verdadero aprendizaje ocurre cuando el niño participa activamente en la construcción de su propio conocimiento, principio que sigue siendo fundamental en las pedagogías alternativas contemporáneas.
En la era de la información, la capacidad de leer y comprender de manera crítica es más importante que nunca. No se trata solo de decodificar palabras, sino de interpretar significados, contextualizar información y formar opiniones informadas. El amor por la lectura se cultiva desde temprana edad, no como una obligación, sino como una puerta hacia mundos infinitos de conocimiento e imaginación.
Como padres, podemos reforzar este enfoque educativo en casa:
Fomentando la curiosidad: Respondiendo preguntas con más preguntas, animando a nuestros hijos a investigar y descubrir por sí mismos.
Promoviendo la independencia: Permitiendo que tomen decisiones apropiadas para su edad y asuman las consecuencias. (Para padres primerizos el apoyo del jardín y colegio es de gran ayuda para entender cuáles son las decisiones apropiadas para cada edad)
Practicando la empatía: Discutiendo sobre los sentimientos de los demás y cómo nuestras acciones los afectan.
Leyendo juntos: No solo libros, sino también noticias, analizando críticamente lo que leemos.
Abrazando el error: Enseñándoles que los errores son oportunidades de aprendizaje, no fracasos.
Un Futuro Brillante e Incierto
No hay manera de saber cómo será el mundo cuando nuestros hijos sean adultos. Los trabajos que tendrán probablemente aún no existen. Según un informe del Foro Económico Mundial, el 65% de los niños que ingresan hoy a la educación primaria trabajarán en empleos completamente nuevos que aún no se han creado7. La automatización, la inteligencia artificial y los avances tecnológicos están transformando radicalmente el panorama laboral a un ritmo sin precedentes. Pero lo que sí sabemos es que necesitarán ser adaptables, creativos y capaces de pensar de manera crítica.
La educación no tradicional, como la que ofrece la metodología Montessori, no se trata de preparar a los niños para un examen. Se trata de prepararlos para la vida. Las investigaciones neurocientíficas de la última década, como las realizadas por el Centro para el Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard, confirman que los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo cerebral y que los enfoques educativos que respetan el desarrollo natural del niño y promueven el aprendizaje activo tienen beneficios cognitivos y socioemocionales duraderos8. Se trata de cultivar mentes curiosas, corazones compasivos y espíritus resilientes.
Como madre, estoy agradecida de haber elegido este camino para mi hijo. Veo en él no solo un estudiante, sino un pensador, un explorador y, sobre todo, un ser humano en constante crecimiento, listo para enfrentar cualquier desafío que el futuro le depare. Un estudio longitudinal realizado por la Fundación Montessori publicado en el Journal of Educational Research mostró que los estudiantes educados con este método demostraron niveles significativamente más altos de motivación intrínseca, autorregulación y satisfacción en el aprendizaje que sus pares en educación tradicional9.
La educación no tradicional es de gran ayuda, hasta podríamos decir que es la clave para crear a la próxima generación de líderes, innovadores y ciudadanos globales que nuestro mundo necesita desesperadamente. La OCDE, a través de su proyecto Educación 2030, ha identificado la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la adaptabilidad —precisamente las habilidades que metodologías como Montessori cultivan— como competencias esenciales para el siglo XXI10. Estas habilidades no solo son valoradas en el mercado laboral actual, sino que serán indispensables para abordar los complejos desafíos globales que enfrentamos, desde el cambio climático hasta la desigualdad social.
Cada día, veo a mi hijo crecer no solo en conocimientos, sino en independencia, responsabilidad y, lo más importante, en su capacidad para pensar por sí mismo. Esta autonomía intelectual, según investigadores como Howard Gardner de la Universidad de Harvard11, es el verdadero indicador del éxito educativo a largo plazo, mucho más que las calificaciones o los resultados de pruebas estandarizadas.
LinkedIn. (2023). "Global Talent Trends Report". Disponible en: www.linkedin.com/business/talent/blog/talent-strategy/global-talent-trends
Foro Económico Mundial. (2023). "El Futuro del Trabajo 2023". Disponible en: www.weforum.org/reports/the-future-of-jobs-report-2023
Universidad de Stanford. (2022). "Human Interaction and Digital Media Study". Centro de Investigación sobre Medios y Desarrollo Infantil.
Instituto Tecnológico de Massachusetts. (2021). "The Social Brain and Education". MIT Media Lab. Disponible en: www.media.mit.edu/research/
Centro de Neurociencia y Educación, Universidad de Cambridge. (2022). "Neuroplasticity and Social Learning in Childhood". Disponible en: www.edneuro.cam.ac.uk/research/
OCDE. (2023). "Marco de Competencias Globales". Disponible en: www.oecd.org/education/global-competency-framework/
Foro Económico Mundial. (2020). "The Future of Jobs Report 2020". Disponible en: www.weforum.org/reports/the-future-of-jobs-report-2020
Centro para el Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard. (2019). "Brain Architecture". Disponible en: https://developingchild.harvard.edu/science/key-concepts/brain-architecture/
Sierra Montessori. (2022). "Educación Montessori: Evidencias de su Impacto". Disponible en: https://sierramontessori.com/educacion-montessori-evidencias-de-su-impacto/
OCDE. (2018). "The Future of Education and Skills: Education 2030". Disponible en: https://www.oecd.org/education/2030-project/
Harvard Global Education Innovation Initiative. (2021). "La Enseñanza y el Aprendizaje para el Siglo XXI". Disponible en: https://globaled.gse.harvard.edu/files/geii/files/la_ensenanza_y_el_aprendizaje_para_el_siglo_xxi.pdf