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Diario de la Cuarentena (3) - Un momentáneo lapso de atención


¿Cómo hacer para que mi hijo se concentre en las tareas que le doy?

La concentración tiene dos caminos

1.- El que surge de la actividad espontánea a partir de cosas, acciones y/o movimientos que llaman la atención del niño, quien frente a aquello, se acerca, repite y observa con detenimiento dando lugar al gozo y a un cerebro completamente enfrascado en un objetivo.

2.- Puede surgir de la repetición de las actividades sugeridas, que de tanto realizarlas se vuelven espontáneas y es, en este momento, cuando el cerebro del niño se sumerge en el placer de la acción.

Ambos momentos son privados y requieren de un adulto que sepa reconocer cuándo dar un paso atrás y trabajar para que nada interrumpa ese extraordinario instante de atención.

Los periodos de atención son breves, si ayudamos con silencio, privacidad y respeto, se van alargando con el tiempo y la repetición.

Creemos que la concentración tiene que ver con la cognición, surge de la inteligencia ¿y qué pasaría si la concentración en realidad tiene que ver con el placer y la felicidad?

Lo que vemos día a día en la práctica, con los niños actuando con libertad frente a nuestros ojos en el jardín, es que la concentración llega cuando el niño ha escogido el material que desea trabajar, cuando él o ella espontáneamente decide trabajar con un material en particular, ya le fue mostrado, ya la guía le presentó cómo se usa y ahora simplemente explorar, se mueve e interactúa con el material.  En esos momentos es frecuente observar que no importa cuánto ruido y movimiento puede haber a su alrededor, el niño o niña simplemente está en un estado de gracias en el que su cerebro, a través de su cuerpo interpela a ese objeto y obtiene respuestas.  Sin esfuerzo, sin dolor, solo con armonía y gozo frente al aprendizaje.

Qué hace el adulto, una vez más, ante la concentración de un niño, el adulto protege y evita al máximo que algo exterior detenga esa conversación entre la persona y el material, permite que se prolongue al máximo ese momentáneo lapso de concentración.

Sylvia Vásquez Segovia

Mundo Montessori Jardín Infantil

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